sábado, 14 de mayo de 2011

La Fabula del Perro




LA FABULA DEL PERRO.... BUENISIMA




Un carnicero estaba a punto de cerrar su negocio
cuando vio entrar un perro.

Trató de espantarlo, pero el perro volvió.

Nuevamente intentó espantarlo, pero entonces
se dio cuenta de que el animal traía un sobre en el
hocico..

Curioso, el carnicero cogiò y abrió el sobre y en su
interior encontró un billete de $500. Y una nota que
decía:

¿Podría mandarme con el perro 1 Kg. de carne
molida de res y 1/2 Kg. De pierna de cerdo?

Asombrado, el carnicero tomó el dinero, colocó

la carne molida y la pierna de cerdo en una
bolsa y puso la bolsa junto al perro, .......pero olvidó el
cambio.

El perro empezó a gruñir y a mostrarle los colmillos.

Al darse cuenta de su error, el carnicero puso el cambio

del billete en la bolsa..... el perro se calmó, cogió la bolsa

en el hocico y salió del establecimiento.

El carnicero, impresionado, decidió seguir al can y

cerró a toda prisa su negocio.

El animal bajó por la calle hasta el primer
semáforo, donde se sentó en la acera y aguardó con
la bolsa en el hocico a que la luz se pusiera en verde para
poder cruzar.

Luego atravesó la calle y caminó hasta una parada de autobús,

con el carnicero siguiéndole de cerca. En la parada, el perro vio llegar un
autobús, se fijo que no era el correcto y siguió esperando
hasta que llegó otro autobús. Cuando vio que era el
correcto, subió seguido por el carnicero.

El carnicero, boquiabierto, observó que el can,

sentado muy propio en un asiento,

miraba por la ventana con atención, como tratando de
reconocer el lugar donde debía bajarse del autobús.

De repente, el can se incorporó en
el asiento y, erguido sobre las patas traseras, tocó
el timbre para descender, siempre con la bolsa en el
hocico.

Perro y carnicero caminaron por
la calle hasta que el animal se detuvo en una casa, donde
puso las compras junto a la puerta y, retirándose un poco,
se lanzó contra ésta, golpeándola
fuerte.

Repitió la acción varias
veces, pero nadie respondió
en la casa. En el colmo del asombro, el carnicero
vio al perro tomar la bolsa con su hocico, rodear la
casa, saltar una cerca y dirigirse a una
ventana.

Una vez allí, tocó con las
patas en el vidrio varias veces sin soltar la bolsa;
luego regresó a la puerta....

En ese momento, un hombre abrió la puerta...
¡ y comenzó a golpear al perro !

El carnicero corrió hasta el hombre para
impedirlo, diciéndole: 'Por Dios, amigo! ¿Qué
es lo que está haciendo? ¡Su perro es un genio!...¡Es
ÚNICO!'

El hombre, evidentemente molesto, respondió:

¡Qué genio ni qué la chingada! Esta
es la segunda vez en esta semana que el muy pendejo olvida
las llaves... ¡y yo .....en el baño !

Moraleja: Por más que te esfuerces y cumplas más allá de tu deber
en el trabajo, a los ojos de un jefe CABRÓN siempre
estarás por debajo de lo que él quiere.



PD: cualquier parecido con la
realidad es mera
coincidencia!!!

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